¿Vale la pena invertir en un aire acondicionado de mayor eficiencia?

En una época en la cual año tras año los recursos energéticos escasean y por ello se encarecen, es necesario el uso de aparatos y electrodomésticos con mayor eficiencia energética. Por fortuna, el avance de la tecnología pone a disposición de los usuarios artefactos que requieren menor energía para realizar su función principal. Aun así, hay personas que se resisten al cambio, y se preguntan si vale la pena invertir en un aire acondicionado de mayor eficiencia. A continuación puedes conocer por qué la respuesta a dicha interrogante es un rotundo sí.

¿Qué es la eficiencia de un aire acondicionado?

En cualquier aparato eléctrico, la eficiencia es una medida de la capacidad que tiene el mismo en emplear la energía eléctrica para cumplir adecuadamente su función. En el caso de un aire acondicionado, cuya función es modificar la temperatura del aire, la eficiencia mide cuanta energía eléctrica es consumida por el aparato para cumplir dicha función.

Las unidades de aires acondicionados más eficientes aprovechan mejor la energía eléctrica consumida, lo que se traduce en un marcado ahorro en la facturación eléctrica. A mayor eficiencia, simplemente requieren consumir menos electricidad para realizar la misma función de climatizar el ambiente.

¿Cómo se mide la eficiencia de un aire acondicionado?

Es relevante considerar que la temperatura es una medida de la energía cinética que poseen las moléculas que conforman el aire. En refrigeración, se suele llamar energía de frío a la pérdida de dicha energía, cuyo efecto palpable es la disminución de la temperatura del aire.

Para medir la eficiencia de los equipos de aire acondicionado suele usarse el ratio de eficiencia energética estacional o SEER (siglas en inglés de Seasonal Energy Efficiency Ratio). Este se obtiene dividiendo la producción de energía de frío del aparato durante su uso anual normal, entre el consumo de energía eléctrica total el mismo período. Así, un 10 de SEER indica que el aparato es capaz de producir, en promedio, 10 kW de energía de frío por cada kW de energía eléctrica consumida.

El SEER ya viene especificado en las etiquetas de los aparatos, por lo que es muy fácil que conocer la eficiencia de cualquier aire acondicionado. Incluso, para hacer más fácil la interpretación de este parámetro, se ha establecido una escala en letras (A. B, C y D) y el símbolo +, similar a la empleada en otros electrodomésticos. En este caso, la escala varía entre A+++ (SEER mayor a 22) y C (SEER inferior a 11,5).

¿Cómo influye la eficiencia en la facturación eléctrica?

La respuesta es muy simple, a medida que la eficiencia del aire acondicionado es mayor, su uso demanda menor consumo del servicio eléctrico, lo que implica a su vez una menor facturación. Para mejor comprensión, veamos en siguiente ejemplo.

Un aire acondicionado clase D de 12.000 BTU, graduado a una temperatura de 24 °C, consume alrededor de 3,0 kWh. Por ello, estimando un uso promedio de alrededor de 180 h al mes, la facturación eléctrica correspondiente solo a este aparato, estaría alrededor de los 540 kWh/mes. Luego, si el precio del servicio eléctrico se ubica alrededor de 0,15 US$/kW, el costo a cancelar es de US$ 81,00, únicamente para el funcionamiento de dicha unidad.

Ahora bien, una unidad más eficiente del tipo A+++ consume aproximadamente la mitad de energía eléctrica de una tipo D. Entonces, si se sustituye la del ejemplo anterior por esta más eficiente, se logra un ahorro en la facturación eléctrica de US$ 40,50.

Nota que en el ejemplo anterior en un año el monto ahorrado supera los US$ 480, que ronda el costo de una unidad de aire acondicionado de 12.000 BTU A+++. Es decir, en dicho caso la inversión en un equipo más eficiente se recupera, mediante el ahorro del consumo eléctrico, aproximadamente en un año. Y como la vida útil del aparato supera los 10 años, obtienes un ahorro total en la facturación de US$ 4.320 en dicho periodo.

El ejemplo señalado, aunque está ajustado a la realidad, no deja de ser un caso muy particular. Siempre hay que estudiar las condiciones particulares de cada hogar, comercio o industria, para poder estimar el ahorro que significa usar unidades de acondicionamiento más eficientes.

¿Vale la pena invertir en un aire acondicionado de mayor eficiencia?

La repuesta en la mayoría de los casos es un rotundo sí, por las siguientes razones:

1.- Ahorro en el consumo de electricidad

Como bien quedó demostrado en el ejemplo anterior, con esta sustitución se puede lograr un importante ahorro en la factura eléctrica. Dependiendo de la eficiencia y cantidad de las unidades actualmente en uso, el consumo eléctrico en tu oficina o empresa se puede disminuir hasta en un 25%.

A esto puedes añadir que el retorno de la inversión ocurre en pocos años: de uno a tres, dependiendo de la eficiencia del equipo sustituido y el nuevo. Por así decirlo, en pocos años solo el ahorro paga la inversión inicial que implica la sustitución de la unidad acondicionadora.

2- Mejor funcionamiento      

La eficiencia del aire acondicionado está relacionada con el buen desempeño del equipo, para evitar de esta manera pérdidas energéticas. Por ejemplo, son unidades más silenciosas debido a que evitan la pérdida de energía que implica la ocurrencia de vibración.

Las características de diseño también hacen que a mayor eficiencia se requiera menor mantenimiento para mantener la unidad operativa. Y esto a su vez se traduce en una mayor vida útil del aparato.

3- Menor impacto ambiental                

El empleo de unidades más eficientes en su consumo disminuye el impacto negativo sobre el medio ambiente, algo muy necesario ante la real amenaza que representa el calentamiento global. Con la adquisición de aires con mayor eficiencia energética aportas un grano de arena en favor de hacer nuestro planeta más habitable para todas sus especies.